sábado, 21 de diciembre de 2013

Insomnios de ti



Se hace tarde, oscurece y pasan las horas hasta poder ver las estrellas. Es cualquier día, algunas horas pasadas de la madrugada y no quiero irme a la cama.
He de confesarte que las noches ya no son mi paraíso secreto desde que tu ausencia está impresa entre sus letras, más bien es un crimen, mi propio infierno... Y es que tú nunca podrás ser consciente de cómo es una noche sin ti.
El silencio se hace grave en mis oídos y por más que miro solo veo nada, vacío, ausencia... No tienes ni idea de lo que supone eso, saber que no estás.
Las sábanas ya no son mi refugio, ni dormir, mi forma de descansar, la parte favorita de mis días. Ahora, tengo pánico  a cerrar los ojos porque te sueño y no sabes qué tanto de dolor cabe en mis sueños y en tu presencia en ellos.
Nunca había podido imaginar un dolor tan desgarrador de no haberlo sufrido en mi propio pecho cada amanecer desde tu partida, y no, no hablo de ese sufrimiento subjetivo que a veces se liga al amor. El mío era tan fuerte, que dejó con él uno físico y los dos, juntos, son bastante difíciles de asimilar. Me duele cada mañana al despertar y ser consciente de la realidad.
Irse a dormir, se ha convertido en mi sino fatal, aquel abocado a una pesadilla casi segura. Ahí, ya no puedo hacer nada más que esperar a que termine o despertar. Es entonces cuando el dolor llega de golpe, sin molestarse en avisar, algo así como una puñalada con la que pierdo el sentido y, muero, minuto a minuto, sin querer abrir los ojos a pesar de estar despierta, como si pudiera volver a soñar de ese modo. Lo cierto es que no lo hago, solo evito levantarme porque ya no me quedan fuerzas para ello, lo noto, la pesadilla a llegado a su fin, a la parte más dolorosa en la que el sueño termina y me golpeo, frágil, contra aquello que un día parecía impensable.
Supongo que debí confesártelo en algún momento cuando aún tenía la oportunidad, pero dime si acaso eso hubiera cambiado algo. Había tanta guerra entre nosotros que puedo llegar a jurar que de nada hubiera valido.
Ni si quiera una llamada, un mensaje, un rastro de ti, podrían haber reconstruido aquel santuario de noches donde nos venerábamos sin pensar en cuanto nos harían falta nuestros "buenos días" meses más tarde, o esa sensación de quedarme dormida teniendo la certeza de encontrarme al día siguiente con tu pecho y tus brazos.
Sigo escribiendo como excusa para no ir a la cama, por el pánico a perderme y que mi subconsciente sea, de nuevo,  más fuerte que yo y mi capacidad de enterrarte negándote. Últimamente lo hago tanto, que a veces incluso llego a negarme a mí. Las noches, son el único momento en el que la voluntad se rinde a ti para soñarte como un espejismo casi perceptible hasta que intento tocarte. No sabes lo jodido que es que desaparezcas justo entonces, cuando te has dejado ver por mis ojos, y descubrir por mis sentidos, aún dormidos.
Ahora quizás puedas llegar a entender mi manía de trasnochar pero ya es demasiado tarde y supongo que debería ir a la cama.
Buenas noches, te veré en mis sueños.

1 comentario:

  1. Erase una vez una historia que comenzó con un chico muy tímido y que vivía la vida sin hablar con ninguna chica prácticamente a sus 17años y al cual le parecía un mundo hablar con cualquier chica que no fueran sus amigas o madre, y un cierto dia 4 de Abril de 2015, un amigo suyo le dio el numero de una chica la cual había visto en las fiestas de su pueblo y que le había vacilado en ingles junto con sus amigos, y le dijo que la hablara.Este chico estaba muerto de miedo y espero un día para hablarla.El día 5 de abril el chico se decidió ha hablarla y ella le respondió diciéndole que se la había liado una amiga suya, a lo que el chico se sintió decepcionado ya que creía que una chica se había fijado en el, pero aún así el hizo caso omiso y siguió hablando con ella, e incluso fue a su cumpleaños sin conocerla apenas.Ambos chicos empezaron a hacerse amigos y un cierto según hablaban y pasaban las semanas.El chico era muy atento diciéndole todos los días que tenía examen suerte ya que el la consideraba una amiga muy especial, tanto que empezó a sentir cosas por ella, le empezó a gustar,sin embargo ella no se daba cuenta.Un día por fin quedaron y estuvieron algo mas de 4h hablando cuando la intención de ella era la de hablar un rato pero perdieron la noción del tiempo.Tras ese día el chico de dio cuenta de que le gustaba mucho la chica y al dia siguiente se besaron por fín.EL chico se sintió genial y queria que aquello fuera a más y a los pocos dias decidió pedirla salir, ella dudó en un principio pero finalmente dijo que si,a lo que el chico respondió con una sonrisa de oreja a oreja y un salto de alegría en la cama.
    Ellos dos empezaron a salir y como en toda relación ellos eran muy felices, cumplieron un mes, dos,tres pero un día se torcieron las cosas, por desgaste supongo, pero ambos se siguen queriendo muchísimo, y el chico no hay cosa que mas quiera que estar con esa chica que le hace reír, que le hace feliz, que siempre le saca una sonrisa en la cara.El chico quiere intentarlo de nuevo y ya ha aprendido de sus errores y no va a volverlos a cometer porque no quiere que esa chica desaparezca de su vida nunca.

    El chico que te quiere y que ha comido pizza.

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