miércoles, 10 de septiembre de 2014

Mi problema eres tú.

El problema vino cuando fui consciente de que dolías
y aún quería tenerte cerca.

El  problema vino entonces 
y no cuando me enamoré de ti.

El problema viene ahora cuando me duele el pecho de extrañarte
y no cuando despierto sin ti.


Bonitas palabras,

Sí.

Pero joder, como se clavan.


Creo que el alcohol me confunde.

-Miento-

Yo me confundo
al pensar que me quieres
aunque sea un poco o              
                                                                   desde lejos.


miércoles, 3 de septiembre de 2014

Paradas con tu ausencia.

Hay un niño riendo en el metro y cinco paradas a rumbo resuelto, alguien desea ser la causa de esa sonrisa
Hay una niña llorando a sus adentros y cinco paradas ausentes, alguien que no la espera se viste de gala para su mejor fiesta.

Dime si montar en ese tren es el fin o el comienzo, un capítulo o la tapa cerrada donde ya no hay letras pequeñas que leer.

He buscado en cada esquina desde que desapareciste, en la oscuridad de los parques y las noches, te he buscado robando sonrisas viejas y sentimientos de bolsillo como excusa para no verme sin ti, que verme sola no duele tanto, y así.. encontrarte.

Me he robado mis propias palabras, pero de las tuyas también me encargué y ahora solo me queda asumirte en silencio como ni el primero ni el último de mis daños.
Consuelo o desgracia a misma media o en descompenso el dolor, dice mi cuerpo, yo solo te traduzco.

Solo quedan 35 minutos para que deje de escocer, dice el subconsciente al corazón, y pasan, pero siempre hay uno más. 
Los segundos me matan, te dije, así que, dispárame.
Y vas tú y me ahogas, intoxicándome con tanto recuerdo en agonía lenta.

¿Hasta qué punto es hermoso idealizar a alguien? ¿ Dónde radica la razón de perder el control?

A lo mejor el niño que ríe en el metro lleva demasiado alcohol en vena para contestar a la niña que llora esperándole en la estación.

Yo tiré la llave y fui consciente de ello, no tú, amor.



A pluma o sin ellas.

Ni penas, ni dramas, no quiero que derramen ni una sola lágrima en el funeral por mis causas perdidas, por ni un sí ni un no, que yo prefiero la indecisión a los corazones hirientes que resbalan y cortan por cada filo a media asta de sonrisa, ahí, en lo alto, se siente el viento pero, también los vértigos... y volé, volé alto para poder verte, esta vez, sin cálculos precisos ni miedo a caer, pero caía. Cada noche, cada tarde, cada mañana y cada día, caía. Inevitable el choque, el golpe final...
Intenté huir.
Pude huir, pero no quise.
Renunciar a estar a ras del cielo cuando solo había conocido desiertos era demasiado complicado, y ahora, sin alas...ya no sé como hacerlo.
Dicen que a los ángeles no les hace falta cobertura, pero a ti tampoco si se trata de mí, cariño, y reconoce que fue un juego lo suficientemente destructivo como para demoler corazas, romper barreras y olvidar heridas, que ya es lo único que clama mi alma.
Hiéreme, pero rápido.
Mátame, pero dulce.
Róbame, si es lo que necesitas.
Engáñame...pero termina con esto o empiézalo, que ya no controlo el vértigo con las montañas rusas, que yo ya no puedo frenar los miedos que me haces sentir... el no pero sí, el sí pero no... yo ya no sé de tardes, de mañanas ni de noches... de ti, de Kilómetros y distancias. Yo ya no sé y, quizás, es que no quiera saber de verdad.
Podríamos incendiar todo lo que siento si mañana con ello, solo hubiera vacío, porque a morir ya estoy acostumbrada, pero tú, renaces, rehaces y ... me matas.
Dame cinco minutos para ser sinceros, olvidando los personajes de los que actuamos en este drama, quítate la puta máscara joder, que necesito saber a quién escribo y, dime qué es lo que estamos interpretando. Yo te prometo que luego me dejo, pero no te olvides de arrancarme la alas, cariño, que arrancar las alas a un ángel caído también corre a cuenta del drama.