Irrefutable, irrevocable, irracional, indescriptible, inenarrable...
dime la diferencia que habría entre seguir buscando calificativos
que expresen una parte de lo que es amarte y
permanecer en silencio.
Dímela, porque aún no la encuentro
y, a pesar de ello, sigo buscando adjetivos para describir
en que consiste soñar contigo a cada segundo,
ya que son más fáciles de hallar que encontrarte a ti.
Solo tú eres la razón de mis versos,
todo lo que un día sentí y hoy, escondo para no pensar,
pero para tampoco olvidar,
porque podría guardar todos nuestros recuerdos
en el cajón menos visitado de mi armario,
nuestros momentos en la parte menos utilizada de mi cerebro
y mis sentimientos en lo más profundo de aquello que un día
llamé mi corazón, tú.
Pero dime quién podría acabar con todo esto,
si ni si quiera tú, ni yo misma, ni el resto, pudieron,
no nos concedimos ese derecho así que
¿por qué debería tenerlo ahora?
Respóndeme,
o ... no, mejor no lo hagas,
porque me he acostumbrado a vivir
en la parte más olvidada de tu silencio
y a todo lo que conlleva ese hecho.
A pesar de ello, sigo escuchando tu nombre al caminar
cuando el frío del invierno golpea mi cara y sí,
sigo sintiendo el deseo de que seas tú
quien caliente mis manos a nuestro paso,
no necesito guantes si tú estas a mi lado,
solo mete la mano por debajo de mi abrigo,
agárrala fuerte y no la sueltes, no, no lo hagas.
Demasiado irrebatible, incontrovertible, indiscutible...
pero mantente en silencio porque es ese silencio el que acabó conmigo
pero hoy me da vida al igual que un día me lo daban tus palabras y hoy,
moriría si alguna de ellas osara volver a engañar a mis oídos.
Que ironía ¿no amor?
como han cambiado el sentido de tus palabras en a penas unos meses de silencios,
de morir por no tenerlas hasta hacerlo por imaginar que
un día pudieras volver a pronunciar unas dirigidas a mi.
¿sigues escuchándome?
Escucha mejor todo lo que deberías decir ahora mismo,
porque yo no estaré para escucharlo.
Solo estaré para quererte una vez más,
desde aquí, en silencio,
porque las palabras se las lleva el viento
y alguna vez pensé que los sentimientos,
corrían de la mano del tiempo pero dímelo tú...
o no, mejor no lo digas,
quédate cerca, conmigo,
pero en silencio,
porque tu voz y tus palabras son más bonitas
cuando mi imaginación toma parte en ellas.
A veces, despertar resulta ser la mayor de las agonías, una muerte dolorosa en la que no eres consciente de por donde mueres, simplemente lo haces, poco a poco, lentamente, hasta que ya no sabes si quieres reponerte o terminar de morir. El problema de este final es que nunca lo alcanzamos.
Cada mañana despierto nuevamente, quebrada entre las sábanas, intentando que la realidad, no vuelva, quedarme entre mis sueños, a pesar de que éstos, solo se sienten en mi cama y así, no tener que saber, solo sentir. Esa es mi parte favorita, es lo mejor que supe hacer, sentirte, aún estoy dotada de esa capacidad, a pesar de que la distancia o el tiempo se hayan encargado de intentar matarla, ella es más fuerte.
Despertar de una mentira a la que transformaste en tu vida, no tiene descripciones, me faltan adjetivos para poder expresar el sufrimiento que supone, pero también, se convirtió en algo realmente bello, en crecer, en luchar y aprender a vivir de una forma nueva, en la que ahora, solo soy capaz de ver un punto bueno. Es por esta ultima razón por la que hoy escribo, por la que hoy, tu recuerdo se ha convertido en algo que ha cambiado de sentido, ya no produce dolor, sino belleza, es algo realmente maravilloso renacer de tus cenizas, aprender a vivir sin ti y saber. Saber ahora es el tentempié de mi medianoche, porque saber, al igual que sentir, es algo mágico y, supongo que debo agradecerte todo, lo bueno y lo malo, porque gracias a este último año, hoy soy quien soy y puedo valorar todo lo que tengo alrededor, pero sobretodo, me has dado la oportunidad de aprender a vivir así, y esta historia no se puede quedar en un simple corazón o dos...(si aún la tienes presente, tampoco es demasiado importante) esta historia la hicimos para poder ayudar a muchos otros corazones, para enseñar a amar a algunos de ellos. Pero por encima de todo, para enseñarte a ti y al resto, que amar es una cosa distinta, que es algo realmente bello.
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