Voy a intentar hablarte sin voz.
Callarte sin silencios.
Besarme sin tus labios.
Dolerme sin ti. Ni por ti. Ni con pecho. Ni con lágrimas.
Romperme.
Voy a intentar romperme sin destrozos.
Decirte que yo lo que quería es que me llamaras puta.
(Tres veces. O las que quisieras)
Que me desearas.
Que me mataras.
Que me olvidaras de mi. Del pasado, del futuro y de mi nombre.
Estrellarme en esa curva que algunos llaman tu sonrisa.
Y asfixiarme.
De ti.
De mi.
De nosotros.
Asfixiarme.
Y ahora me ahogo contigo y sin ti.
Dime entonces qué hago.
Cómo buscarme si solo me encuentro en los recovecos de tu cuerpo.
En tus costados.
Respirando de ti, y ahogándome cuando no me ves. Cuando no me buscas.
Yo lo que quería es que me llamaras puta.
Conocerte.
Y desconocernos.
Que me besaras aunque doliera.
Y ahora me duele pero no están tus labios.
Voy a intentar romperme sin destrozos.
Pero perdona, si aún así alguno de ellos te salpica.
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